La mayoría de las aves no tienen muy buen sentido del olfato. Sus bulbos olfatorios, que se encargan de procesar los olores, son relativamente pequeños en comparación con los de otros animales. Esto significa que no pueden detectar tantos olores diferentes como otros animales. Sin embargo, algunas aves, como el kiwi y el buitre, tienen el olfato más desarrollado. Estas aves utilizan su sentido del olfato para encontrar alimento, como insectos y carroña.