Ningún bosque tropical es demasiado lluvioso. Los bosques tropicales se definen por sus altas precipitaciones, que son esenciales para la exuberante vida vegetal y animal que prospera allí. La precipitación promedio en una selva tropical es de entre 100 y 400 pulgadas por año, y algunas selvas tropicales reciben hasta 600 pulgadas por año. Esta lluvia es lo que crea el clima húmedo y cálido característico de las selvas tropicales. Sin estas lluvias, los bosques tropicales no existirían.