2. Clima: La selva amazónica se caracteriza por un clima cálido y húmedo, con temperaturas relativamente constantes durante todo el año. Este entorno estable permite una temporada de crecimiento continua, lo que favorece la supervivencia y reproducción de las especies.
3. Altas precipitaciones y disponibilidad de agua: La selva amazónica se encuentra entre los lugares más húmedos de la Tierra, y algunas áreas reciben más de 3 metros (10 pies) de lluvia al año. Este abundante suministro de agua sustenta el crecimiento exuberante de las plantas, proporcionando alimento y refugio a numerosas especies animales.
4. Abundancia de especies vegetales: La selva amazónica cuenta con una flora increíblemente rica, y se estima que dentro de sus límites se encuentra el 10% de las especies de plantas conocidas del mundo. Esta excepcional diversidad de plantas proporciona una variedad de fuentes de alimento y hábitats para los animales.
5. Coevolución: La larga historia de coexistencia entre especies vegetales y animales en la selva amazónica ha dado lugar a intrincadas relaciones coevolutivas. Por ejemplo, ciertas plantas producen frutos que sólo determinadas especies animales pueden comer, lo que a su vez contribuye a la dispersión de semillas. Esta relación mutualista fomenta la supervivencia y el éxito tanto de plantas como de animales.
6. Ausencia de desastres naturales devastadores: La selva amazónica está relativamente a salvo de desastres naturales, como huracanes, terremotos y volcanes, que pueden causar destrucción generalizada y pérdida de biodiversidad. Esta estabilidad promueve la continuidad y evolución de las especies durante largos períodos.
7. Baja densidad de población humana: Hasta hace poco, la selva amazónica tenía una densidad de población humana relativamente baja, lo que permitía que muchas especies prosperaran sin interferencia humana significativa ni destrucción de hábitat. Sin embargo, el aumento de las actividades humanas, como la tala, la minería y la agricultura, plantea desafíos para la preservación de la biodiversidad.
8. Interacciones complejas con ecosistemas: La selva amazónica es un sistema ecológico complejo donde varias especies interactúan de maneras intrincadas, formando una red de vida. Estas interacciones incluyen relaciones depredador-presa, polinización, dispersión de semillas y ciclo de nutrientes, que contribuyen a la estabilidad y diversidad general del ecosistema.