Los resultados de su estudio proporcionaron información valiosa sobre cómo la trucha arco iris se adapta a diferentes ambientes térmicos. Los investigadores observaron que las truchas canadienses eran más capaces de tolerar temperaturas más frías, mientras que las truchas californianas eran más resistentes a temperaturas más cálidas. Esta adaptación es probablemente el resultado de procesos evolutivos a largo plazo que han dado forma a la composición genética de estas poblaciones de peces a lo largo del tiempo.
Comprender las variaciones en la tolerancia térmica entre las poblaciones de trucha arco iris es crucial para predecir cómo estas especies de peces pueden responder a futuros cambios en el clima. A medida que las temperaturas globales continúan aumentando, es esencial considerar los impactos potenciales en los ecosistemas acuáticos y las especies que dependen de ellos. Al estudiar los efectos de la temperatura en la trucha arco iris, los investigadores pretenden contribuir a los esfuerzos de conservación y garantizar la sostenibilidad a largo plazo de estas importantes poblaciones de peces.