Un nuevo estudio ha descubierto que las emisiones naturales de gases de efecto invernadero de los humedales y el permafrost podrían afectar significativamente la capacidad del Acuerdo de París para limitar el calentamiento global a 2 grados Celsius.
El estudio, publicado en la revista Nature Climate Change, encontró que estas emisiones naturales podrían representar hasta el 25% del total de emisiones permitidas bajo el Acuerdo de París para 2100.
Esto significa que si no se tienen en cuenta estas emisiones, el mundo podría estar en camino de superar el objetivo de 2 grados Celsius, incluso si todas las demás emisiones causadas por el hombre se reducen a cero.
Los hallazgos del estudio se basan en un nuevo modelo que simula cómo responderán al cambio climático las emisiones naturales de gases de efecto invernadero de los humedales y el permafrost.
El modelo encontró que estas emisiones aumentarán significativamente a medida que el clima se caliente, debido al deshielo del permafrost y la expansión de los humedales.
Esto se debe a que actualmente estos ecosistemas se encuentran congelados o anegados, lo que les impide liberar gases de efecto invernadero a la atmósfera.
Sin embargo, a medida que el clima se calienta, estos ecosistemas se descongelarán y se volverán más hospitalarios para el crecimiento de las plantas, lo que provocará un aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Los hallazgos del estudio son un claro recordatorio de que el Acuerdo de París no se trata solo de reducir las emisiones causadas por el hombre.
Para limitar verdaderamente el calentamiento global a 2 grados Celsius, también debemos abordar las emisiones naturales de gases de efecto invernadero.
Esto requerirá un esfuerzo concertado para proteger y restaurar los humedales y el permafrost, y desarrollar nuevas tecnologías para reducir las emisiones de estos ecosistemas.
Los hallazgos del estudio también resaltan la importancia de incluir las emisiones naturales de gases de efecto invernadero en los modelos climáticos.
Los modelos climáticos actuales normalmente no tienen en cuenta estas emisiones, lo que podría dar lugar a predicciones inexactas del cambio climático futuro.
Al incluir las emisiones naturales de gases de efecto invernadero en los modelos climáticos, podemos obtener una imagen más precisa de los desafíos que enfrentamos para limitar el calentamiento global a 2 grados Celsius.