Uno de los hallazgos clave del estudio fue que muchos residentes de Detroit no confiaban en que el gobierno de la ciudad mantendría adecuadamente los árboles una vez plantados. Esta desconfianza se basó en una historia de abandono y mal mantenimiento de los espacios públicos de la ciudad. A los residentes les preocupaba que los árboles no fueran regados ni podados con regularidad y que pudieran convertirse en un peligro para la seguridad si no se los cuidaba adecuadamente.
Otra preocupación planteada por los residentes fue la posibilidad de que los árboles causaran daños a la propiedad. A los residentes les preocupaba que los árboles dañaran sus casas, aceras o caminos de entrada. También estaban preocupados por la posibilidad de que los árboles provocaran alergias y otros problemas de salud.
Finalmente, el estudio encontró que muchos residentes sentían que no tenían voz y voto en el proceso de toma de decisiones sobre dónde se plantarían los árboles. Sintieron que el gobierno de la ciudad no les había consultado sobre los planes y que no se les había dado la oportunidad de dar su opinión. Esta falta de aportación generó sentimientos de resentimiento y desconfianza entre los residentes.
Los hallazgos del estudio sugieren que el gobierno de la ciudad necesita hacer más para generar confianza con los residentes e involucrarlos en el proceso de toma de decisiones si quiere implementar con éxito los esfuerzos de plantación de árboles en el futuro. Esto podría incluir la celebración de reuniones públicas para discutir los planes, proporcionar más información sobre los beneficios de los árboles y abordar las preocupaciones de los residentes sobre los daños y el mantenimiento de la propiedad.
Al tomar estas medidas, el gobierno de la ciudad puede aumentar la tasa de aceptación de los esfuerzos de plantación de árboles y mejorar la calidad de vida de los residentes de Detroit.