Un día, mientras tomaba el cálido sol sobre una roca cubierta de musgo, Serpiente escuchó una conversación entre dos viejos y sabios loros posados en una rama cercana. Los loros hablaron de un tesoro legendario escondido en lo profundo del corazón de la selva tropical. Se decía que este tesoro otorgaba poderes increíbles a quien lo encontrara, y el corazón de Snake comenzó a acelerarse de emoción.
Sin dudarlo un momento, Snake emprendió un viaje para encontrar el legendario tesoro. Se deslizó a través de densos matorrales, navegó por ríos traicioneros y escaló árboles imponentes, mientras cargaba con el peso de su determinación.
Después de muchos días de exploración incesante, Snake finalmente tropezó con una cueva escondida bajo un espeso dosel de hojas. En el interior, encontró un cofre adornado con intrincadas tallas y, con mano temblorosa, levantó la tapa. Dentro del cofre, enrollado en una fascinante espiral, se encontraba el tesoro:una fascinante esmeralda que irradiaba un brillo suave y etéreo.
Cuando Snake extendió la mano para tocar la esmeralda, una sensación repentina recorrió su cuerpo. La gema emanaba una extraña energía que parecía entrelazarse con la esencia misma de Snake. En un instante, Snake sintió una oleada de poder como nunca antes había conocido. Sus ojos se iluminaron con un misterioso brillo verde y su cuerpo comenzó a brillar con tonos iridiscentes.
Con su nuevo poder, Snake abandonó la cueva y regresó a su hogar en el bosque. Se deleitó con su transformación y usó sus habilidades para proteger a sus compañeros animales del daño. Protegió la selva tropical, protegiéndola de los cazadores furtivos y otras amenazas, convirtiéndose en un guardián de la tierra y de sus habitantes.
A partir de ese día, la serpiente pasó a ser conocida como la Guardiana Venenosa, un símbolo de fuerza, coraje y la conexión mística entre la selva tropical y sus criaturas.