Esta notable adaptación es el resultado de una compleja interacción entre la genética y las señales ambientales, en particular la temperatura y la duración del día. Los científicos han identificado varios genes clave implicados en la regulación del cambio de color del pelaje, entre los que el gen MC1R desempeña un papel central.
MC1R es un receptor de melanocortina-1, una proteína que controla la producción de melanina, el pigmento responsable del color del pelaje. En respuesta a los cambios de temperatura y duración del día, la señalización MC1R desencadena la activación de diferentes conjuntos de genes, lo que lleva a la producción de pelaje marrón o blanco.
Por ejemplo, durante el invierno, la disminución de las temperaturas y la duración más corta del día estimulan la señalización MC1R, que regula positivamente la producción de una proteína llamada proteína de señalización agutí (ASIP). ASIP inhibe la producción de melanina negra, lo que resulta en el crecimiento de pelaje blanco.
Por el contrario, en el verano, las temperaturas más cálidas y los días más largos disminuyen la señalización de MC1R, lo que lleva a una reducción de la producción de ASIP y a un aumento de la producción de melanina negra. Esto da como resultado el crecimiento de pelaje marrón.
Además del MC1R, otros genes participan en la regulación del cambio de color del pelaje en las liebres con raquetas de nieve. Estos incluyen genes que codifican factores de transcripción, enzimas involucradas en la síntesis de melanina y proteínas responsables de la estructura del cabello.
La interacción de estos genes y las señales ambientales permite que las liebres con raquetas de nieve combinen con precisión el color de su pelaje con el entorno, proporcionándoles un camuflaje eficaz contra los depredadores y mejorando sus posibilidades de supervivencia en diferentes estaciones.