1. Calentamiento del clima :La temperatura global promedio ha aumentado 1 grado Celsius desde finales del siglo XIX, lo que se debe principalmente a las actividades humanas que liberan gases de efecto invernadero a la atmósfera. Este aumento de temperatura ha provocado un cambio en los patrones de precipitación y las condiciones climáticas invernales en el noreste de Estados Unidos.
2. Inviernos cálidos :El noreste ha experimentado inviernos más cálidos en las últimas décadas. La temperatura media invernal ha aumentado unos 2,2 grados centígrados desde los años 1970. Los inviernos más cálidos significan nevadas menos frecuentes y más lluvias, lo que resulta en una reducción de la capa de nieve.
3. Temperaturas del Océano Atlántico :La temperatura del Océano Atlántico también ha ido aumentando debido al cambio climático. Las temperaturas más cálidas del océano contribuyen a la formación de tormentas más fuertes y frecuentes, que traen fuertes lluvias y menos nieve al noreste.
4. Huellas de tormentas y corrientes en chorro :La posición de la corriente en chorro y la trayectoria de las tormentas invernales han cambiado debido al cambio climático. La corriente en chorro es una banda de vientos de gran altitud que influye en la trayectoria de los sistemas meteorológicos. En los últimos años, la corriente en chorro se ha desplazado hacia el norte y se ha vuelto más ondulada, lo que ha provocado tormentas más frecuentes que se desplazan más al norte y traen lluvia en lugar de nieve al noreste.
5. Urbanización :El crecimiento de las áreas urbanas en el Nordeste también ha contribuido a las sequías de nieve. Las zonas urbanas tienden a ser más cálidas que las rurales debido a la presencia de edificios y superficies pavimentadas que absorben y retienen el calor. Este efecto de isla de calor urbana reduce las nevadas en las ciudades y sus alrededores.
6. Variabilidad natural :El sistema climático es intrínsecamente variable y experimenta períodos de nevadas superiores e inferiores a la media. Las sequías de nieve también pueden ocurrir debido a fluctuaciones naturales en los patrones de circulación atmosférica y las condiciones climáticas. Sin embargo, el cambio climático exacerba estas variaciones naturales y hace que las sequías de nieve sean más frecuentes y severas.