Un estudio de 2015 realizado por RAND Corporation encontró que hubo un aumento significativo en el número de tiroteos masivos en los Estados Unidos después del tiroteo en la escuela primaria Sandy Hook en 2012. El estudio encontró que hubo un promedio de 1,4 tiroteos masivos por año en el Estados Unidos en los cinco años anteriores a Sandy Hook, pero un promedio de 6,4 tiroteos masivos por año en los cinco años posteriores a Sandy Hook.
Sin embargo, un estudio de 2017 realizado por el Center for American Progress no encontró evidencia de que los tiroteos masivos conduzcan a un aumento de los tiroteos en general. El estudio encontró que el número de homicidios con armas de fuego en Estados Unidos en realidad disminuyó en los años posteriores al tiroteo de Sandy Hook.
Los diferentes hallazgos de estos estudios pueden deberse a una serie de factores, incluidos los diferentes períodos de tiempo estudiados, las diferentes definiciones de tiroteos masivos utilizadas y los diferentes métodos utilizados para analizar los datos.
En general, la investigación sobre la relación entre tiroteos masivos y tiroteos posteriores es mixta. Se necesita más investigación para determinar si existe o no una relación causal entre estos dos eventos.
Es importante señalar que los tiroteos masivos son un tema complejo y no existe un factor único que pueda explicar por qué ocurren. Muchos factores contribuyen a los tiroteos masivos, incluidos los problemas de salud mental, el acceso a las armas y una cultura de violencia.