Sin embargo, es importante señalar que estos hallazgos no significan necesariamente que los hablantes de diferentes idiomas perciban los colores de una manera fundamentalmente diferente. Más bien, sugieren que el lenguaje puede moldear la forma en que pensamos y hablamos sobre los colores, lo que a su vez puede influir en nuestra percepción de ellos. Además, vale la pena señalar que las diferencias individuales dentro de una comunidad lingüística pueden ser tan significativas como las diferencias entre comunidades lingüísticas.
En general, si bien hay evidencia que sugiere que el lenguaje puede influir en la percepción del color, se necesita más investigación para comprender completamente la naturaleza y el alcance de esta influencia.