1. Sobrepastoreo:Los caballos y burros consumen grandes cantidades de vegetación, lo que puede provocar un sobrepastoreo y daños a las comunidades de plantas nativas. Esto puede tener un efecto dominó en todo el ecosistema, ya que las plantas proporcionan alimento y refugio a otros animales.
2. Competencia con especies nativas:Los caballos y burros compiten con especies nativas por alimentos y recursos, como agua y refugio. Esto puede provocar la disminución o incluso la extinción de las especies nativas.
3. Daño a los hábitats:Los caballos y burros pueden dañar los hábitats al pisotear la vegetación, crear senderos y revolcaderos y alterar el suelo. Esto puede dificultar la supervivencia de las plantas y animales nativos.
4. Propagación de enfermedades:Los caballos y burros pueden transmitir enfermedades a especies nativas, lo que puede tener un impacto devastador en las poblaciones de vida silvestre.
5. Alteración de los regímenes de fuego:Los caballos y burros pueden alterar los regímenes de fuego cambiando la carga de combustible y la estructura de la vegetación. Esto puede provocar incendios forestales más frecuentes y graves, que pueden dañar los ecosistemas y suponer un riesgo para las comunidades humanas.
6. Erosión:Los caballos y burros pueden causar erosión del suelo al pisotear la vegetación y crear senderos y revolcaderos. Esto puede provocar la pérdida de la capa superficial del suelo, lo que puede reducir la productividad de los ecosistemas.
7. Degradación de la calidad del agua:Los caballos y burros pueden contaminar las fuentes de agua al defecar y orinar en ellas. Esto puede hacer que el agua no sea apta para beber, bañarse y otros usos.