La agricultura a pequeña escala en la región del Lago Victoria en Uganda ocupa menos de 2,5 acres y, en algunos casos, menos de 1,25 acres.
Para muchos pequeños agricultores en países como Uganda, aumentar la productividad y hacer la transición a métodos más sostenibles es un desafío debido a la limitación de recursos. El acceso a semillas y fertilizantes mejorados, así como el conocimiento de las mejores prácticas agrícolas, puede verse restringido, lo que dificulta su capacidad para aumentar los rendimientos y mejorar sus ingresos.
Según una investigación dirigida por la Universidad de East Anglia y el Imperial College de Londres, la respuesta puede estar en las políticas agrícolas.
El estudio realizado por investigadores de la Universidad de East Anglia (UEA) y el Imperial College de Londres se centró en pequeños agricultores de la región del lago Victoria en Uganda. El equipo examinó el impacto de varias políticas destinadas a promover la agricultura en pequeña escala, como los subsidios, la consolidación parcelaria y el acceso al crédito.
Si bien algunas de estas políticas tuvieron impactos positivos, otras tuvieron consecuencias negativas no deseadas. Por ejemplo, los subsidios a los fertilizantes llevaron a un mayor uso de fertilizantes químicos, pero también contribuyeron a la degradación ambiental y la contaminación del agua. La concentración parcelaria provocó que algunos agricultores perdieran el acceso a la tierra y redujera la productividad agrícola general.
"Muchas políticas se implementan con buenas intenciones, pero pueden tener consecuencias no deseadas", dice el investigador principal, el profesor Andrew Mude de la Escuela de Desarrollo Internacional de la UEA. "Los pequeños agricultores son particularmente vulnerables a estos impactos, ya que a menudo carecen de recursos para adaptarse".
El estudio encontró que las políticas que se centran en mejorar el acceso a los recursos y el conocimiento, como los servicios de extensión y los programas de capacitación, son más efectivas. Estas políticas permiten a los pequeños agricultores adoptar prácticas más sostenibles y aumentar su productividad, contribuyendo en última instancia a la seguridad alimentaria.