Uno de los mayores desafíos que enfrenta Los Ángeles es su dependencia del agua importada. La ciudad obtiene aproximadamente el 85% de su agua del río Colorado y del Proyecto de Agua Estatal, ambos sujetos a sequías. Además, los propios recursos de agua subterránea de la ciudad son limitados y sólo pueden utilizarse para complementar otras fuentes de agua.
Se espera que el cambio climático haga que las sequías sean más frecuentes y severas en el futuro, lo que podría ejercer presión sobre el suministro de agua de Los Ángeles. La ciudad ha estado trabajando para mejorar sus esfuerzos de conservación del agua y aumentar su capacidad de almacenamiento de agua, pero es necesario hacer más para garantizar que la ciudad esté preparada para la próxima sequía.
Aquí hay algunas cosas específicas que Los Ángeles puede hacer para prepararse para la próxima sequía:
- Incrementar los esfuerzos de conservación del agua:la ciudad puede alentar a los residentes y empresas a conservar el agua mediante la implementación de programas e incentivos de conservación, como reembolsos para accesorios de bajo flujo y paisajismo.
- Aumentar la capacidad de almacenamiento de agua:la ciudad puede construir nuevos embalses y ampliar los existentes para almacenar más agua durante los períodos húmedos. También puede explorar la posibilidad de utilizar el almacenamiento de agua subterránea como una forma de almacenar agua bajo tierra para su uso posterior.
- Diversificar las fuentes de agua:La ciudad puede buscar nuevas fuentes de agua, como plantas desaladoras y agua reciclada. También puede trabajar con otras agencias de agua de la región para desarrollar planes conjuntos de gestión del agua.
- Desarrollar planes de contingencia para sequías:la ciudad puede desarrollar planes sobre cómo respondería a una sequía, incluyendo cómo asignar los suministros de agua y cómo minimizar los impactos de la sequía en los residentes y las empresas.
Al tomar estas medidas, Los Ángeles puede ayudar a garantizar que esté mejor preparada para la próxima sequía.