Un grupo de plantas particularmente conocido por su capacidad de hiperacumulación de arsénico son los helechos. Los helechos son plantas sin flores que se reproducen mediante esporas y se encuentran en una variedad de hábitats en todo el mundo. Algunas especies de helechos, como el helecho indio (Pteris vittata) y el helecho freno (Pteridium aquilinum), pueden acumular concentraciones de arsénico cientos o incluso miles de veces superiores a los niveles encontrados en el suelo en el que crecen.
Los científicos todavía están estudiando los mecanismos por los cuales los helechos pueden tolerar niveles tan altos de arsénico. Sin embargo, se cree que cuentan con una serie de adaptaciones que les permiten hacerlo. Por ejemplo, los helechos tienen una cutícula gruesa, que es una capa cerosa que recubre las hojas y los tallos de las plantas. Esta cutícula ayuda a evitar que el arsénico entre a la planta. Los helechos también tienen una alta concentración de ácidos orgánicos en sus células, que ayudan a unir el arsénico y evitar que cause daños.
La capacidad de los helechos para hiperacumular arsénico los convierte en una herramienta valiosa para limpiar suelos y agua contaminados. Los helechos se pueden plantar en áreas que han sido contaminadas con arsénico, absorberán el arsénico del suelo y lo almacenarán en sus tejidos. Esto puede ayudar a reducir la cantidad de arsénico disponible para otras plantas y animales, y también puede ayudar a mejorar la calidad del suelo y el agua.
La hiperacumulación de arsénico es una adaptación fascinante que permite a los helechos sobrevivir en ambientes que serían tóxicos para la mayoría de las otras plantas. Esta adaptación es una herramienta valiosa para limpiar ambientes contaminados y también puede tener aplicaciones potenciales en el desarrollo de nuevos medicamentos y tratamientos para el envenenamiento por arsénico.