Niveles de fósforo: El fósforo es un nutriente importante que, cuando está presente en cantidades excesivas, puede provocar la proliferación de algas nocivas y degradar la calidad del agua. Los esfuerzos para reducir la contaminación por fósforo procedente de escorrentías agrícolas, plantas de tratamiento de aguas residuales y otras fuentes han contribuido a una disminución significativa de los niveles de fósforo en los Everglades. Según el Distrito de Gestión del Agua del Sur de Florida (SFWMD), las concentraciones promedio anuales de fósforo en las Áreas de Conservación de Agua (WCA), que son componentes críticos del ecosistema de los Everglades, han estado disminuyendo desde mediados de la década de 1990.
Niveles de nitrógeno: El nitrógeno es otro nutriente esencial, pero su presencia excesiva puede provocar desequilibrios de nutrientes y contribuir a la degradación de la calidad del agua. Al igual que el fósforo, los niveles de nitrógeno en los Everglades han mostrado una tendencia a la baja. Esta mejora se atribuye en gran medida a mejores prácticas de gestión en la agricultura, cambios en el uso de fertilizantes y mejores procesos de tratamiento de aguas residuales.
Concentraciones de mercurio: El mercurio es un metal tóxico que puede ingresar al ecosistema de los Everglades a través de la deposición atmosférica y la escorrentía agrícola. Si bien los niveles de mercurio en los Everglades siguen siendo motivo de preocupación, los estudios han revelado una disminución en las concentraciones de mercurio en ciertas especies de peces. Esta disminución es una indicación positiva de los esfuerzos en curso para mitigar la contaminación por mercurio.
Indicadores de vida silvestre mejorados: El monitoreo de las poblaciones de vida silvestre, en particular de las especies de aves zancudas como las cigüeñas y los ibis, sirve como un indicador indirecto de la calidad del agua de los Everglades. Los esfuerzos de restauración de los Everglades han dado como resultado poblaciones más saludables de estas aves, lo que sugiere una mejora en la salud general del ecosistema y las condiciones de calidad del agua.
Función mejorada del ecosistema: A medida que mejora la calidad del agua, también mejora la funcionalidad del ecosistema de los Everglades. Esto ha llevado a niveles de agua más estables, un mejor crecimiento de la vegetación, una mayor productividad de los peces y un hábitat más resiliente para diversas especies de plantas y animales que dependen del medio ambiente de los Everglades.
Estas mejoras en la calidad del agua se atribuyen en gran medida a décadas de esfuerzos de conservación, restauración y gestión que involucran a científicos, agencias ambientales, partes interesadas agrícolas y formuladores de políticas. Los programas de restauración de los Everglades, como el Plan Integral de Restauración de los Everglades (CERP, por sus siglas en inglés), han facilitado proyectos de mejora de la calidad del agua, mejoras de infraestructura y prácticas de restauración de ecosistemas. Si bien se han logrado avances, es importante reconocer que mantener y mejorar la calidad del agua en los Everglades sigue siendo un compromiso continuo y de largo plazo.