Durante décadas, el término "mascota" se ha utilizado ampliamente para referirse a los animales domesticados que se mantienen con fines de placer, compañía o recreación. Sin embargo, los críticos argumentan que este término trivializa la relación entre los humanos y estos animales y pasa por alto su sensibilidad y capacidad de vínculo emocional.
El término "animal de compañía", por otro lado, enfatiza la relación recíproca y la dependencia mutua entre humanos y animales. Reconoce que estos animales brindan bienestar emocional, social y psicológico a sus cuidadores humanos y que a menudo forman vínculos profundos y duraderos con las personas.
Desde un punto de vista ético, es preferible utilizar el término "animal de compañía", ya que se alinea con nuestra comprensión de estos animales como seres sintientes capaces de experimentar emociones positivas y negativas. Este cambio de terminología tiene implicaciones para el bienestar animal, ya que fomenta un mayor respeto, empatía y consideración por las necesidades, sentimientos y bienestar de estos animales.
A continuación se presentan algunas razones por las que los especialistas en ética argumentan a favor del término "animal de compañía" en lugar de "mascota":
1. Reconocer la sensibilidad :El término “mascota” implica que estos animales son meras propiedades o posesiones, ignorando sus capacidades cognitivas y emocionales. "Animal de compañía" reconoce que estos animales son seres sintientes con emociones, pensamientos y experiencias complejas.
2. Reconocer las relaciones :El término "animal de compañía" enfatiza la relación recíproca entre los humanos y estos animales. Destaca que estos animales no están ahí sólo para el entretenimiento humano, sino que brindan compañía, amor y apoyo invaluables a sus familias humanas.
3. Fomentar la empatía :El término "animal de compañía" fomenta una mayor empatía por estos animales, desviando el enfoque de objetos desechables o reemplazables a criaturas vivas que merecen un trato respetuoso y humano.
4. Implicaciones legales :El uso del término "animal de compañía" podría influir en las protecciones y políticas legales. Podría conducir a una legislación que reconozca a estos animales como seres sensibles con derechos legales, en lugar de meras mercancías o posesiones.
5. Cambiar la percepción :El término "mascota" a veces puede perpetuar la idea de que estos animales son juguetes para niños o productos desechables. Referirse a ellos como "animales de compañía" cambia la percepción pública y fomenta la propiedad y el cuidado responsables.
6. Promover el bienestar :Cambiar la mentalidad hacia los "animales de compañía" puede conducir a mejores prácticas de bienestar, como mejores viviendas, mejor atención veterinaria y prácticas de cría responsable.
La elección de la terminología refleja nuestros valores sociales e influye en la forma en que interactuamos y tratamos a los animales. Al adoptar el término "animal de compañía", reconocemos los profundos vínculos que compartimos con estas criaturas, promovemos la empatía y trabajamos para lograr un enfoque más ético y compasivo en su cuidado y tratamiento.