Estas vibraciones son tan pequeñas que resultan imperceptibles para el oído humano, pero pueden detectarse mediante instrumentos sensibles llamados acelerómetros. Al medir la frecuencia y amplitud de estas vibraciones, los ingenieros pueden identificar problemas potenciales con el puente, como grietas o daños al hormigón o al acero.
La técnica de utilizar ondas sonoras para controlar el estado de los puentes se denomina prueba de emisión acústica. Es un método de prueba no destructivo, lo que significa que no daña el puente de ninguna manera.
Las pruebas de emisiones acústicas se están volviendo cada vez más populares como forma de monitorear el estado de los puentes porque es una forma relativamente rápida y fácil de identificar problemas potenciales. Esta información luego se puede utilizar para realizar reparaciones o tomar otras medidas para proteger el puente de daños mayores.
Además de los puentes, las pruebas de emisiones acústicas también se pueden utilizar para monitorear el estado de otras estructuras, como edificios, presas y oleoductos.
A continuación se ofrece una explicación más detallada de cómo funcionan las pruebas de emisiones acústicas:
* Cuando una gota de lluvia golpea un puente, crea una pequeña vibración.
* Esta vibración viaja a través del puente y es captada por un acelerómetro.
* El acelerómetro convierte la vibración en una señal eléctrica.
* La señal eléctrica se amplifica y filtra para que pueda ser analizada por una computadora.
* El software de computadora analiza la frecuencia y amplitud de la señal eléctrica para identificar posibles problemas con el puente.
Mediante el uso de pruebas de emisiones acústicas, los ingenieros pueden identificar problemas potenciales con los puentes antes de que se agraven. Esto puede ayudar a prevenir accidentes y garantizar la seguridad del público.