2) Limitaciones de recursos: A medida que el cambio climático provoca fenómenos meteorológicos más extremos y escasez de recursos, como agua, alimentos y tierra, algunos pueden considerar que tener hijos es una carga tanto para sus propias vidas como para el planeta.
3) Consideraciones éticas: Algunos pueden considerar poco ético el acto de traer nueva vida a un mundo que enfrenta graves desafíos climáticos. Creen que es mejor no crear nueva vida que tenga que soportar sufrimiento o luchar en un entorno en deterioro.
4) Preocupaciones financieras: Criar hijos en un mundo afectado por el cambio climático puede implicar importantes desafíos financieros debido al aumento de los costos de alimentos, agua, vivienda, atención médica y educación. Algunos pueden dudar en llevar a un niño a una situación en la que puedan tener dificultades económicas.
5) Impacto psicológico: El estrés psicológico y la ansiedad asociados con las consecuencias del cambio climático pueden disuadir a algunos de querer traer niños a un mundo que parece incierto y sombrío.
6) Preocupación por el bienestar global: Algunas optan por no tener hijos como medio para reducir su propia huella de carbono y su consumo general, creyendo que esto contribuirá a aliviar la carga sobre los recursos del planeta.
7) Preocupaciones relacionadas con la salud: El cambio climático puede contribuir a problemas de salud como el estrés relacionado con el calor, los problemas respiratorios y las enfermedades infecciosas. Algunas pueden evitar tener hijos debido a la preocupación de que sus hijos puedan sufrir problemas de salud relacionados con el cambio climático.