La historia de Myrtle comenzó en las aguas de la Gran Barrera de Coral de Australia, donde fue descubierta y rescatada por primera vez en 2008. No fue hasta después de dos años de rehabilitación que finalmente se recuperó de las múltiples lesiones e infecciones que casi le habían quitado la vida.
A lo largo de estos tiempos difíciles, el espíritu de lucha de Myrtle se mantuvo intacto y finalmente recuperó sus fuerzas y se consideró lo suficientemente saludable como para ser liberada. Fue devuelta al océano en 2010, llena de esperanza y determinación.
Desafortunadamente, este no fue el final de las pruebas de Myrtle. En 2015, Myrtle fue encontrada una vez más, luchando contra heridas e infecciones, así como con un recuento de glóbulos rojos alarmantemente bajo. El equipo del Departamento de Medio Ambiente y Ciencia de Queensland (DES) trabajó incansablemente para salvar a Myrtle y, después de meses de atención dedicada, pudieron tratar con éxito sus dolencias.
Lo que ocurrió después es nada menos que asombroso. Mientras Myrtle todavía recibía atención médica, el ciclón Debbie, uno de los ciclones más destructivos de la historia de Australia, tocó tierra. Myrtle estaba entre las ocho tortugas marinas que estaban siendo cuidadas en el centro del arrecife. Fueron trasladados a un refugio subterráneo para protegerlos de la furia de la tormenta.
Mientras que las otras siete tortugas marinas sucumbieron tristemente al estrés y las complicaciones del ciclón, Myrtle se mantuvo desafiante y salió de la terrible experiencia. Se convirtió en la única superviviente de la tormenta y continuó su notable recuperación, realzando aún más su imagen como la "tortuga más dura del mundo".
Desde entonces, Myrtle ha vivido su vida en la naturaleza, libre para explorar la inmensidad del océano. A través de su historia, ha inspirado a innumerables personas y ha llamado la atención sobre la urgente necesidad de realizar esfuerzos de conservación para proteger las especies de tortugas marinas en peligro de extinción. La inquebrantable resistencia de Myrtle y su negativa a darse por vencido sirven como símbolo de esperanza y determinación, y nos recuerdan a todos que incluso frente a desafíos abrumadores, la fuerza para perseverar y prosperar se puede encontrar dentro de cada uno de nosotros.