- Temperatura:Las temperaturas extremas, como las altas temperaturas durante las temporadas de crecimiento o las caídas repentinas de temperatura durante las etapas críticas de crecimiento, pueden afectar el rendimiento de los cultivos y la producción de alimentos, impactando directamente la disponibilidad y los precios de los productos agrícolas.
- Precipitación:Los cambios en los patrones de precipitación, incluidas sequías, lluvias excesivas o lluvias inoportunas, pueden alterar la producción de cultivos, provocando escasez y fluctuaciones de precios en los mercados agrícolas.
- Viento:Los vientos fuertes, como los huracanes, pueden causar daños físicos a los cultivos, lo que provoca una reducción de los rendimientos y pérdidas para los agricultores.
- Luz solar:la cantidad de luz solar disponible durante las temporadas de crecimiento influye en el crecimiento y la calidad de los cultivos, lo que afecta la producción agrícola y la disponibilidad de alimentos.
- Humedad:Los niveles altos de humedad pueden ser favorables para ciertos cultivos pero desfavorables para otros, afectando la productividad de los cultivos y repercutiendo en los patrones del comercio agrícola.
- Heladas y temperaturas bajo cero:Las heladas y las temperaturas bajo cero pueden dañar los cultivos y reducir los rendimientos, especialmente en regiones con climas templados, lo que genera precios más altos e interrupciones en el suministro.
Estas características climáticas pueden afectar la producción y disponibilidad de cultivos y ganado, impactando los precios y la dinámica comercial en los mercados agrícolas y alimentarios.