Una forma de abordar la contaminación por nutrientes es mediante la compensación de nutrientes , que es un sistema en el que los contaminadores pagan para reducir la contaminación por nutrientes en otros lugares para compensar sus propias emisiones. La compensación de nutrientes se puede realizar de diversas formas, como restaurando humedales, que pueden ayudar a filtrar los nutrientes del agua, o pagando a los agricultores para que utilicen fertilizantes bajos en nutrientes y otras mejores prácticas de gestión.
Un ejemplo de compensación de nutrientes en la práctica es el Programa de la Bahía de Chesapeake, que es una asociación entre el gobierno federal, los estados y los gobiernos locales para reducir la contaminación por nutrientes en la Bahía de Chesapeake. El programa utiliza un sistema de comercio de nutrientes, en el que los contaminadores pueden comprar créditos de agricultores y otros propietarios de tierras que hayan reducido su contaminación por nutrientes.
Los estudios han demostrado que la compensación de nutrientes puede ser una forma eficaz de reducir la contaminación por nutrientes y mejorar la calidad del agua . Sin embargo, existen una serie de desafíos asociados con la compensación de nutrientes, como la dificultad de medir y monitorear las reducciones de nutrientes, y el potencial de fraude y doble conteo.
A pesar de estos desafíos, la compensación de nutrientes es una herramienta prometedora para abordar la contaminación por nutrientes y mejorar la calidad del agua. Al alentar a los contaminadores a invertir en actividades de reducción de nutrientes, la compensación de nutrientes puede ayudar a proteger nuestros ríos y otros cuerpos de agua de los efectos nocivos del exceso de nutrientes.