El estudio, publicado en la revista "Current Biology", encontró que los hombres tienen una mayor densidad de fibras nerviosas en la piel de los dedos que las mujeres. Esta diferencia es particularmente pronunciada en las yemas de los dedos, que son responsables de la discriminación táctil fina.
Los investigadores también encontraron que la densidad de las fibras nerviosas de la piel se correlaciona con el grosor de la piel. Los hombres tienen la piel más gruesa que las mujeres, lo que podría explicar por qué son menos sensibles al tacto.
Los hallazgos de este estudio podrían ayudar a explicar por qué hombres y mujeres suelen tener preferencias diferentes en lo que respecta al tacto. Por ejemplo, las mujeres pueden preferir un contacto más suave y gentil, mientras que los hombres pueden preferir un contacto más firme y vigoroso.
El estudio también tiene implicaciones para el tratamiento del dolor. Los hombres y las mujeres pueden responder de manera diferente a los analgésicos, y esto podría deberse a las diferencias en la densidad de las fibras nerviosas de la piel.
Los investigadores esperan que sus hallazgos conduzcan a una mejor comprensión de las diferencias sensoriales entre hombres y mujeres y cómo estas diferencias pueden afectar la salud y el bienestar.