Quizás el mayor apoyo a esta hipótesis sea el cráter Chicxulub. Este es un enorme cráter de asteroide frente a la costa de la Península de Yucatán. Basándose en mediciones de sedimentos y análisis de la roca circundante, los científicos estiman que el asteroide que provocó el cráter tenía entre 14 kilómetros (8,7 millas) de diámetro.
Esto habría causado exactamente el tipo de devastación descrita en la hipótesis de Álvarez. Un equipo de tres investigadores cree incluso haber descubierto la identidad del propio asteroide. Utilizando modelos matemáticos, el grupo redujo el campo al cúmulo Baptistina, un grupo de asteroides creado por un gran impacto más allá de la órbita de Marte [fuente:Sky &Telescope].
Según la teoría de Álvarez, la extinción de los dinosaurios fue catastrófica y extrínseca, es decir, vino del exterior de la Tierra. Sin embargo, otras teorías sugieren que la extinción masiva fue intrínseca y gradual.
Una idea es que los volcanes en lo que hoy es la India experimentaron erupciones masivas justo antes del final del Cretácico. Estas erupciones llenaron el aire de dióxido de carbono y azufre, cambiando el clima y dañando la vida vegetal y animal.
La faz cambiante del planeta también puede haber influido. A medida que los continentes se movían, las corrientes oceánicas habrían cambiado los patrones climáticos en diferentes partes del mundo. Es posible que varias formas de vida no hayan podido sobrevivir a estos cambios.
La mejor explicación de lo que les pasó a los dinosaurios puede ser una combinación de teorías intrínsecas y extrínsecas:el impacto de un asteroide combinado con cambios geológicos y erupciones volcánicas. También hay indicios de que los dinosaurios se estaban volviendo menos diversos antes del final del período Cretácico.
Pero independientemente de la causa, no todo en la Tierra murió en el límite K-T. Sobrevivieron ranas, moluscos y cocodrilos, al igual que las aves.