Un equipo de investigadores de la Universidad Alaska Pacific, la Universidad de Alaska Anchorage y la Universidad del Norte de Arizona ha encontrado evidencia de que las reducciones en el hielo marino en el Ártico están ayudando a que los abetos blancos se muevan hacia el norte y asciendan las laderas de las montañas. En su estudio, publicado en la revista Science , el grupo comparó la extensión de la línea de árboles en áreas con reducciones en el hielo marino y áreas donde se ha producido poca reducción del hielo marino.
Investigaciones anteriores han demostrado que cuando grandes masas de agua se calientan durante el verano, tienden a experimentar más evaporación a medida que llegan los meses de invierno. El resultado es que cae más nieve en las tierras cercanas. Investigaciones anteriores también han demostrado que algunos árboles, como el abeto blanco, son más capaces de sobrevivir en lugares extremadamente fríos cuando hay mucha capa de nieve, lo que protege a las plántulas del frío y el viento.
En este nuevo estudio, los investigadores descubrieron que en partes del Ártico donde el hielo marino se ha reducido debido al cambio climático, la temperatura del agua ha aumentado, lo que ha provocado que caiga más nieve en las zonas circundantes. Esto ha provocado una invasión de las líneas de árboles, ya que a las plántulas les va mejor durante el invierno.
Los investigadores estudiaron imágenes de satélite y compararon la invasión de la línea de árboles en áreas cercanas a la reducción del hielo marino con áreas donde ha habido pocos cambios en el hielo marino. También recopilaron datos de 19 sitios de campo durante cuatro años, recorriendo 1.500 millas. Encontraron un patrón en el que las líneas de árboles invadían cerca de lugares donde el hielo marino había estado retrocediendo, pero no en otras áreas.
Los investigadores también encontraron que un aumento de la tierra nevada cerca de los lugares donde el hielo marino se ha ido retirando sirve como una manta sobre el suelo. Todo lo que está debajo de la manta se mantiene más cálido durante el largo invierno que en lugares con una manta más delgada. Eso permite que los microbios descompongan la materia orgánica de la capa superior del suelo durante todo el invierno. Y eso, a su vez, libera nutrientes que alimentan a las plántulas, ayudándolas aún más a sobrevivir el invierno.
El equipo concluye que a medida que las líneas de árboles se acercan, cubren más tierra con vegetación, que absorbe el calor, lo que hace que el Ártico se caliente aún más rápido.
Más información: Roman J. Dial et al, La retirada del hielo marino del Ártico impulsa el avance de los bosques boreales, Ciencia (2024). DOI:10.1126/ciencia.adh2339
Información de la revista: Ciencia
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