Un estudio muestra que el cambio climático y la contaminación por mercurio estresaron a las plantas durante millones de años
Escenario esquemático de erupciones de inundación de basalto en el límite Triásico-Jurásico. El magma invadió esquistos, lechos de carbón y sedimentos ricos en materia orgánica, liberando grandes cantidades de dióxido de carbono y otros contaminantes, incluido el Hg. Medio:ejemplos de esporas normales y malformadas. La imagen de la derecha:Phlebopteris. El fósil de helecho procede de una cantera del sur de Alemania (Pechgraben) del Jurásico temprano. También se sabe que esta ubicación contiene esporas de helechos aberrantes. Estos pequeños helechos eran comunes inmediatamente después del evento de extinción. Las esporas de helecho provienen del núcleo de Schandelah-1. Este tipo de esporas fueron producidas por Phlebopteris . Crédito:Remco Bos
El vínculo entre el vulcanismo de inundación masiva de basalto y la extinción masiva del final del Triásico (hace 201 millones de años) es comúnmente aceptado. Sin embargo, es difícil establecer exactamente cómo el vulcanismo condujo al colapso de los ecosistemas y a la extinción de familias enteras de organismos.
El cambio climático extremo, debido a la liberación de dióxido de carbono, la degradación de la capa de ozono debido a la inyección de productos químicos dañinos y las emisiones de contaminantes tóxicos, se consideran factores contribuyentes. Destaca un elemento tóxico:el mercurio. Como uno de los elementos más tóxicos de la Tierra, el Hg es un metal que los volcanes emiten en forma gaseosa y, por tanto, tiene la capacidad de propagarse por todo el mundo.
Un nuevo estudio en Nature Communications agrega nueva evidencia convincente de los efectos combinados del calentamiento global y la contaminación generalizada por mercurio que continuaron estresando a las plantas mucho después de que cesara la actividad volcánica.
Un equipo internacional de científicos holandeses, chinos, daneses, británicos y checos estudió sedimentos del norte de Alemania en un núcleo de perforación (Schandelah-1) que abarca desde el Triásico superior hasta el Jurásico inferior en busca de microfósiles y señales geoquímicas. Un estudio de la abundancia de polen y esporas reveló una profusión de esporas de helecho que mostraban una variedad de malformaciones, desde anomalías en la estructura de la pared hasta evidencia de divisiones meióticas fallidas, lo que llevó a esporas de helecho no separadas, enanas y fusionadas.
"Ver la gran cantidad y los diferentes tipos de esporas de helechos malformadas en muestras de sedimentos de una laguna costera, que datan de hace 201 millones de años, es realmente sorprendente. Significa que deben haber muchos helechos estresados", explica Remco Bos, Ph. .D. candidato de la Universidad de Utrecht y autor principal del estudio. "Tampoco es algo que veamos regularmente durante otros períodos que también contienen muchos fósiles de helechos, lo que lo convierte en una verdadera señal relacionada con el evento de extinción masiva del final del Triásico".
Más información: Remco Bos et al, Removilización de mercurio forzada por el clima asociada con la mutagénesis de helechos después de la extinción del final del Triásico, Nature Communications (2024). DOI:10.1038/s41467-024-47922-0
Información de la revista: Comunicaciones sobre la naturaleza