El resplandor rojo anaranjado de esta imagen es la troposfera de la Tierra, la capa más baja de la atmósfera. La capa de transición marrón es la tropopausa. En un nuevo estudio, El lidar espacial muestra más hielo de lo esperado dejando la tropopausa sobre los trópicos. Crédito:Observatorio de la Tierra de la NASA, CC BY 2.0
El nivel más bajo de la atmósfera, la troposfera, contiene casi todo el clima de la Tierra. En la estratosfera de arriba la humedad cae casi a cero. El límite que separa estas dos capas, la tropopausa, se define como el punto en el que el agua deja de enfriarse a medida que aumenta la altitud. En los trópicos la tropopausa es excepcionalmente fría y suele ocurrir a mayor altitud (alrededor de 17 kilómetros, o alrededor de 10 millas) que en las regiones polares. Las condiciones atmosféricas en estas alturas juegan un papel importante en el clima global, ya que determinan los límites de la formación de nubes y la dinámica del vapor de agua.
En un nuevo estudio, Bolot y Fueglistaler utilizan lidar espaciales para estudiar los flujos de hielo cerca de la tropopausa tropical. Utilizaron el instrumento Cloud-Aerosol Lidar with Orthogonal Polarization (CALIOP) de la NASA para calcular la cantidad de hielo que cae de la capa de la tropopausa. conocido como sedimentación. Significativamente, se encuentra más hielo del que la humedad ambiental puede representar en estas altitudes.
El hielo cerca de la tropopausa tropical puede provenir de dos fuentes:la advección de los cirros y la convección profunda. El primero se puede considerar simplemente tan grande, nubes heladas que se elevan hacia arriba por movimientos de fondo, mientras que la convección profunda representa un movimiento ascendente a lo largo de un gradiente térmico, una flotabilidad de partículas de agua / hielo resultante del calentamiento, material menos denso que se eleva. Mediante el uso de datos de ERA5 (un Centro Europeo de Reanálisis Atmosférico de Pronósticos Meteorológicos a Medio Plazo de quinta generación), los investigadores muestran que la advección por sí sola es insuficiente para dar cuenta del hielo faltante por debajo de los 17 kilómetros y que el resto debe estar formado por convección profunda.