Crédito:Craig Chandler | Comunicación Universitaria
Niveles crecientes de dióxido de carbono, el ozono y otros gases pueden afectar el crecimiento de los cultivos. Microorganismos dentro de cultivos, en sus raíces o dentro del suelo cercano también influyen en los cultivos al aportar nutrientes, frenar las enfermedades y combatir tensiones como la sequía. Pero se sabe poco sobre cómo responden los microorganismos a medida que cambian las condiciones atmosféricas.
La investigación dirigida por Daniel Schachtman de Nebraska mostró recientemente que la respuesta de una comunidad microbiana puede depender de la especie de cultivo, o del perfil genético de la especie, que habita en su suelo.
El equipo descubrió que las comunidades microbianas cercanas al maíz híbrido frente al híbrido respondían de manera diferente a los niveles elevados de ozono. Y la diversidad de poblaciones de microbios que viven en las raíces de la soja cambió cuando se expuso a más dióxido de carbono.
El estudio sugirió que las diferencias en los compuestos que se alimentan de microbios liberados por las raíces de maíz híbridas frente a las endogámicas, o el maíz frente a la soja, pueden explicar por qué sus comunidades microbianas respondieron de manera diferente. De este modo, los efectos del aumento de los niveles de gas atmosférico pueden filtrarse desde las plantas hasta los microbios que se encuentran dentro y alrededor de las raíces.
Ese conocimiento podría informar la ingeniería genética de cultivos para producir más compuestos que promuevan microbios beneficiosos, en última instancia, impulsando los rendimientos en medio de climas cambiantes.
Los investigadores planean investigar más a fondo las diferencias entre los compuestos liberados por diferentes variedades de maíz.