Para una lotería muy simple con una estructura de premios fijos y sin acumulación, el número de boletos necesarios se puede calcular mediante combinatoria y probabilidad. Sin embargo, en las loterías del mundo real, a menudo hay factores adicionales a considerar, como montos de premios variables, acumulaciones y la posibilidad de que varios ganadores compartan un premio.
Por ejemplo, consideremos una lotería con 1 millón de posibles combinaciones de boletos y un único gran premio de 1 millón de dólares. Para garantizar una victoria, sería necesario comprar el millón de boletos, lo que claramente no es una estrategia viable.
En la mayoría de las situaciones prácticas de lotería, la probabilidad de ganar es tan pequeña que es increíblemente improbable que alguien pueda garantizar una ganancia comprando una cantidad fija de boletos. En cambio, los jugadores de lotería confían en la suerte y la probabilidad con la esperanza de ganar un premio.