* Presión: El metamorfismo ocurre a una mayor presión, generalmente debido al entierro bajo capas de roca.
* Temperatura: El rango de temperatura para el metamorfismo es amplio, desde temperaturas relativamente bajas (alrededor de 200 ° C) hasta temperaturas muy altas (más de 800 ° C). Sin embargo, las temperaturas superiores a 1500 ° C probablemente darían como resultado la fusión, formando rocas ígneas en lugar de rocas metamórficas.
* fluidos: La presencia de fluidos como el agua puede influir significativamente en el proceso metamórfico.
* Tiempo: El metamorfismo ocurre durante largos períodos, lo que permite a los minerales recristalizar y cambiar.
En lugar de centrarse en un umbral de temperatura específico, es mejor considerar las clasificaciones de roca metamórfica basadas en la intensidad del proceso metamórfico:
* Metamorfismo de bajo grado: Ocurre a temperaturas y presiones relativamente bajas, lo que resulta en rocas como pizarra y esquisto.
* Metamorfismo de alto grado: Ocurre a temperaturas y presiones más altas, lo que lleva a rocas como gneis y migmatita.
Es crucial recordar que las rocas pueden hacer la transición entre diferentes clasificaciones basadas en las condiciones metamórficas que experimentan.
Por lo tanto, no hay rocas metamórficas específicas que se formen a más de 1500 grados Celsius. A tales temperaturas, la roca probablemente se derretiría y se recristalizaría en una roca ígnea.