* en el manto de la tierra: El níquel es un componente importante del núcleo de la Tierra. También está presente en el manto, a menudo asociado con el hierro, formando la olivina mineral.
* en rocas magmáticas: Cuando el magma se eleva del manto, puede llevar a la superficie a la superficie. Este níquel se puede incorporar a rocas magmáticas, como peridotita, gabro y basalto.
* en rocas metamórficas: El níquel se puede encontrar en rocas metamórficas formadas en condiciones de alta presión y temperatura. Estas rocas a menudo pueden contener minerales como Pentlandita y Millerite, que son ricos en níquel.
* en rocas sedimentarias: El níquel se puede liberar de la intemperie de rocas ígneas y metamórficas, transportadas por ríos y depositados en entornos sedimentarios. Se puede encontrar en algunas rocas sedimentarias, pero en cantidades relativamente pequeñas.
Aquí hay un desglose de cómo el níquel encaja en el ciclo de roca:
1. rocas ígneas: El níquel es llevado a la superficie a través de erupciones volcánicas e incorporada en rocas ígneas.
2. Meteorización y erosión: Estas rocas se pueden resistir y erosionar, liberando al medio ambiente.
3. Rocas sedimentarias: Se puede incorporar algo de níquel en rocas sedimentarias, pero la mayoría se transporta y se dispersa.
4. Rocas metamórficas: El níquel puede concentrarse en rocas metamórficas formadas en condiciones de alta presión y temperatura, como las que se encuentran en la corteza terrestre.
5. Subducción y fusión: Cuando las placas tectónicas chocan, algunas de estas rocas se subducen nuevamente al manto, donde el níquel se puede liberar e incorporar a los nuevos magmas.
En resumen, el níquel es parte de la composición de la tierra y juega un papel crucial en la formación de rocas ígneas y metamórficas. Está ciclado dentro del manto y la corteza de la Tierra a través de varios procesos geológicos, pero no es un participante directo en el ciclo de roca de la misma manera que son las rocas y los minerales.