* Una intrusión ígnea (como un plutón o dique) y una roca sedimentaria o metamórfica preexistente. .
He aquí por qué:
* Intrusiones ígneas: Estas son rocas calientes y fundidas que se elevan a través de la corteza terrestre. Cuando entran en contacto con las rocas existentes, el calor de la intrusión horneará las rocas circundantes, cambiando su mineralogía y textura.
* rocas preexistentes: Estas pueden ser rocas sedimentarias (como arenisca, piedra caliza o lutita) o rocas metamórficas (como pizarra, esquisto o gneis). Estas rocas son generalmente mucho más frías que la intrusión ígnea.
Ejemplo:
Imagine una gran masa de granito (una roca ígnea) que se eleva a través de capas de piedra caliza (una roca sedimentaria). El calor del granito hornearía la piedra caliza, lo que haría que se recristalice y potencialmente formara mármol (una roca metamórfica). Esta zona donde la piedra caliza se transforma en mármol es la zona metamórfica de contacto.
Nota importante: Si bien el escenario más común implica intrusiones ígneas y otras rocas, el metamorfismo de contacto también puede ocurrir donde dos rocas metamórficas diferentes con temperaturas contrastantes entran en contacto. Sin embargo, esto es menos común que el escenario de intrusión ígneo.