Aquí hay algunos ejemplos:
* Volcanes de hielo en Plutón: Estos volcanes estallan en el hielo en lugar de la lava, y debido a la baja temperatura y la gravedad de Plutón, permanecen en gran medida intactos por la erosión.
* cráteres en Europa: La luna europa de Júpiter tiene un caparazón grueso y helado que está muy en cráter. Debido a su ambiente frío y seco, estos cráteres han perdurado durante miles de millones de años.
* Características de la superficie en Callisto: Otra luna Jovian, Callisto, es increíblemente antigua y muy cráteres, con algunos cráteres que se remontan al sistema solar temprano. La baja gravedad y la composición helada de Callisto ayudan a preservar estas características antiguas.
* superficies antiguas en otros cuerpos helados: Muchas otras lunas heladas y planetas enanos en el sistema solar externo, como Ganymede, Titan y Eris, también exhiben superficies antiguas con una erosión mínima.
¿Por qué la erosión es mínima en estos lugares?
* baja gravedad: La baja gravedad de estos objetos significa que hay menos fuerza tirando de material hacia abajo, lo que limita el impacto de la erosión impulsada por la gravedad como los deslizamientos de tierra.
* frío extremo: Las temperaturas extremadamente bajas en el sistema solar externo evitan la mayoría de las formas de erosión, como la meteorización de agua o la erosión eólica.
* Falta de atmósfera: Muchos de estos objetos tienen poca o ninguna atmósfera, lo que reduce aún más la erosión del viento.
* Sin actividad tectónica: A diferencia de la Tierra, la mayoría de estos cuerpos helados carecen de una actividad tectónica significativa, lo que evita los cambios de la superficie debido a los movimientos de la placa.
Si bien la ausencia de erosión es un factor clave para preservar estas características antiguas, es importante tener en cuenta que se produce cierto grado de erosión incluso en estos entornos extremos. Los micrometeoroides, la radiación solar y otros procesos pueden modificar lentamente las superficies con el tiempo. Sin embargo, estos procesos son mucho más lentos que los que se encuentran en la Tierra, lo que permite que estas antiguas características de la superficie persistan durante miles de millones de años.