1. Recristalización: Los minerales en la roca original (el protolito) se reorganizan y a menudo se recristalizan en nuevos minerales. Este proceso puede destruir cualquier estructura fósil existente.
2. Deformación y cizallamiento: La inmensa presión puede hacer que las rocas se deforman y se doblen. Esto puede aplastar, distorsionar u borrar los fósiles presentes.
3. Reacciones químicas: Las altas temperaturas pueden impulsar las reacciones químicas que alteran la composición de la roca, disolviendo o cambiando el material fósil original.
4. Disolución: Algunos fósiles, especialmente aquellos hechos de carbonato de calcio (como las conchas), pueden disolverse mediante los fluidos que circulan a través de la roca metamórfica.
5. Crecimiento mineral: Los nuevos minerales pueden crecer dentro de la roca, oscureciendo aún más los restos fósiles.
6. Foliación: Muchas rocas metamórficas desarrollan una textura (foliación) en capas debido a la presión. Esto puede distorsionar o separar los fósiles.
nota: Si bien las intensas condiciones de metamorfismo generalmente dificultan la preservación fósil, no es imposible. Algunos fósiles pueden sobrevivir si son:
* Hecho de material resistente: Los fósiles hechos de sílice (como algunos radiolarios) o minerales resistentes como el cuarzo tienen más probabilidades de sobrevivir.
* protegido por la roca circundante: Si el fósil está encerrado en una capa de roca muy dura o resistente, podría estar protegida de los procesos metamórficos más intensos.
* metamorfose en grados inferiores: A temperaturas y presiones más bajas, algunos fósiles pueden sobrevivir, especialmente si ya están encerrados en roca duradera.
En general, la formación de rocas metamórficas es un proceso altamente destructivo para los fósiles. Sin embargo, la posibilidad de encontrar restos fosilizados dentro de las rocas metamórficas existe, aunque es mucho menos común que en las rocas sedimentarias.