Los fósiles son los restos preservados o los rastros de la vida antigua. Pueden ser cualquier cosa, desde las partes duras reales de un organismo, como huesos, dientes y conchas, hasta impresiones de sus partes blandas, como huellas, madrigueras o incluso estiércol fosilizado.
¿Cómo se forman los fósiles?
Los fósiles se forman a través de un proceso complejo que generalmente involucra:
1. Entierro rápido: El organismo debe ser enterrado rápidamente por sedimentos, como arena, barro o cenizas volcánicas, para evitar la descomposición.
2. Mineralización: Con el tiempo, los minerales en el sedimento circundante reemplazan la materia orgánica original, creando un fósil duro y de piedra.
3. Erosión y exposición: El fósil puede expuestos a través de la erosión, lo que nos permite descubrirlo.
1. Fósiles corporales: Estos son los restos conservados reales de un organismo, como:
* huesos y dientes: Estos son hallazgos comunes, especialmente para vertebrados.
* conchas: A menudo se encuentran en fósiles marinos, como almejas, caracoles y amonitas.
* Insectos conservados en ámbar: El ámbar, la resina de árboles fosilizada, puede atrapar a los insectos y preservarlos notablemente bien.
2. Trace fósiles: Estos son rastros preservados de la actividad de un organismo, que incluyen:
* huellas: Las pistas de dinosaurios son ejemplos famosos.
* Burrows: Estos son túneles excavados por animales en el suelo.
* COPROLITES: El estiércol fosilizado puede revelar información sobre la dieta de un animal.
3. Fósiles químicos: Estos son rastros químicos conservados de la vida antigua, como:
* biomarcadores: Estas son moléculas orgánicas que pueden indicar la presencia de organismos específicos.
* isótopos: Las proporciones de ciertos isótopos en rocas pueden revelar la presencia de la vida pasada.
Los fósiles son increíblemente valiosos para aprender sobre la historia de la vida en la tierra, ayudándonos a comprender la evolución, los entornos pasados e incluso el cambio climático.