1. Temperatura: El interior de la Tierra es increíblemente caliente. A medida que profundiza, la temperatura aumenta. Cuando las temperaturas llegan a un punto donde las rocas comienzan a derretirse, se forma magma. El punto de fusión de las rocas está influenciado por la presión y la presencia de agua.
2. Presión: La inmensa presión en lo profundo de la tierra mantiene las rocas sólidas, incluso a altas temperaturas. Cuando la presión disminuye, es más probable que las rocas se derritan. Esto sucede en:
* Límites de placa divergentes: Las placas que se separan permiten que el magma se levante.
* zonas de subducción: La placa descendente experimenta una disminución de la presión, lo que lleva a la fusión parcial.
3. Contenido de agua: El agua actúa como un flujo, bajando el punto de fusión de las rocas. Incluso una pequeña cantidad de agua puede reducir significativamente la temperatura a la que las rocas se derriten. Es por eso que las áreas con alto contenido de agua, como las zonas de subducción, a menudo se asocian con actividad volcánica.
4. Composición de roca: Los diferentes tipos de rocas tienen diferentes puntos de fusión. Por ejemplo, las rocas ricas en sílice (rocas felsicas) se derriten a temperaturas más bajas que las rocas con menos sílice (rocas máficas). Esto explica por qué algunos volcanes estallan con lava gruesa y viscosa (felsica), mientras que otros estallan con la delgada lava fluida (máfica).
Es importante tener en cuenta que la formación de magma es un proceso complejo influenciado por una combinación de estos factores. Las condiciones exactas que conducen a la formación de magma varían según la ubicación específica y el entorno geológico.