1. Mineralogía: Este es el factor más importante. Los minerales específicos presentes en una roca metamórfica dependen de:
* Tipo de roca original (protolito): El material de partida influirá en los minerales que se forman.
* Condiciones de temperatura y presión: Diferentes minerales son estables a diferentes temperaturas y presiones.
* Fluidos presentes: La presencia de agua u otros fluidos durante el metamorfismo puede influir significativamente en la formación de minerales.
2. Textura: La disposición y el tamaño de los granos minerales dentro de la roca también es importante.
* Foliación: Una textura plana causada por la presión, que resulta en capas o bandas de minerales.
* no foliado: Las rocas que carecen de una textura plana, a menudo debido a una presión más uniforme o a la falta de minerales Platy.
3. Composición química: La composición química general de la roca es otro factor, aunque a menudo es menos significativo que la mineralogía y la textura.
Ejemplos de rocas metamórficas clasificadas según estos factores:
* Slate: Fino de grano, foliado, formado a partir de esquisto.
* esquisto: Foliado de grano medio, que contiene minerales más grandes alineados en bandas.
* Gneiss: De grano grueso, foliado, con distintas bandas de minerales claros y oscuros.
* mármol: No foliado, formado a partir de piedra caliza, generalmente compuesta de calcita.
* cuarcita: No foliado, formado a partir de arenisca, compuesto principalmente de cuarzo.
En resumen, la mineralogía, la textura y, a veces, la composición química son las características clave utilizadas para distinguir diferentes tipos de rocas metamórficas.