El sistema de tratados antárticos Prohibe toda la explotación de recursos minerales en la Antártida. El tratado, firmado en 1959, designa la Antártida como un continente dedicado a la investigación científica y fines pacíficos.
Si bien existen posibles reservas de petróleo y gas en la región, el enfoque del tratado en la protección del medio ambiente y la colaboración científica tiene prioridad sobre cualquier posible ganancia económica.