Gases principales:
* vapor de agua (h₂o): El gas más abundante, a menudo representando el 90% o más de las emisiones totales.
* dióxido de carbono (Co₂): Un gas de efecto invernadero significativo, que también contribuye a la explosividad de algunas erupciones.
* Dióxido de azufre (So₂): Un gas corrosivo que puede causar lluvia ácida y problemas respiratorios. También contribuye a la formación de smog volcánico (VOG).
* sulfuro de hidrógeno (H₂S): Un gas altamente tóxico con un olor a huevo podrido.
Gases menores:
* cloruro de hidrógeno (HCl): Contribuye a la lluvia ácida y puede corroer la infraestructura.
* Fluoruro de hidrógeno (HF): Altamente reactivo y tóxico, puede causar graves problemas de salud.
* Monóxido de carbono (CO): Un gas venenoso.
* helio (he), argón (ar), nitrógeno (n₂), metano (ch₄): Presente en cantidades más pequeñas.
Otros componentes:
* Ceniza volcánica: Pequeñas partículas de roca y vidrio expulsadas durante erupciones explosivas.
* lava: Roca fundida que fluye de un volcán.
* flujos piroclásticos: Corrientes de gas y roca calientes y rápidas que pueden ser extremadamente peligrosas.
La composición específica de los gases volcánicos puede variar mucho dependiendo de:
* Tipo de volcán: Los diferentes tipos de volcanes tienen diferentes composiciones de magma, que influyen en los gases liberados.
* Etapa de la erupción: La composición de gas puede cambiar a lo largo de una erupción.
* Ubicación: El entorno geológico y los límites de la placa tectónica donde se encuentra el volcán puede afectar la composición del gas.
Monitorear las emisiones de gas volcánico es crucial para comprender la actividad volcánica y predecir los peligros potenciales.