1. Dar forma a las cuencas del océano:
* Drift continental: El movimiento de las placas tectónicas durante millones de años ha dado forma a los continentes y las cuencas oceánicas. Esto crea diferentes profundidades, formas y tamaños de cuencas oceánicas, que a su vez influyen en el flujo de corrientes oceánicas. Por ejemplo, la apertura del Océano Atlántico debido a la separación de placas condujo a la formación de la corriente del Golfo, una corriente cálida importante.
* zonas de subducción: Donde chocan las placas, una placa se desliza debajo de la otra, creando trincheras y arcos volcánicos. Estas características pueden influir en la dirección y la fuerza de las corrientes oceánicas.
2. Creación de formas gaseosas que influyen en las corrientes:
* Montañas: Las cadenas montañosas creadas por la actividad tectónica pueden crear barreras para las corrientes oceánicas, lo que los obliga a cambiar de dirección. Esto puede conducir a la formación de remolinos y giros.
* Islas y Archipelagos: Las islas y cadenas volcánicas formadas por la actividad tectónica pueden actuar como barreras o interrumpir los patrones de corriente. Esto puede crear corrientes y microclimas únicos.
3. Afectando la salinidad y la temperatura:
* Actividad volcánica: Los volcanes submarinos pueden liberar calor y productos químicos que influyen en la temperatura y la salinidad de las aguas circundantes. Esto puede, a su vez, influir en la densidad del agua e impulsar las corrientes oceánicas.
Por lo tanto, si bien el movimiento de la placa tectónica no causa directamente las corrientes mismas, prepara el escenario para su formación e influye en sus caminos y características. Las corrientes oceánicas son impulsadas por una combinación de factores, incluido el viento, la rotación de la Tierra y las diferencias en la densidad del agua. La actividad tectónica ayuda a dar forma a las cuencas oceánicas y a crear formas de relieve que contribuyen a estas fuerzas.