Las explosiones nucleares no suelen crear cráteres. La energía de una explosión nuclear se libera principalmente en forma de onda de choque, radiación térmica y pulso electromagnético, más que en forma de cráter. La formación de cráteres se asocia más comúnmente con explosivos potentes convencionales, que producen explosiones poderosas pero localizadas que pueden desplazar una gran cantidad de tierra y escombros.