A continuación se muestran algunos procesos de meteorización química específicos que desempeñan un papel crucial en la formación del suelo:
1. Hidrólisis: Este proceso implica la reacción del agua con minerales, lo que lleva a su descomposición. Por ejemplo, cuando el agua reacciona con los minerales de feldespato, se descompone en minerales arcillosos y libera iones como calcio, potasio y sodio.
2. Oxidación: La oxidación ocurre cuando los minerales reaccionan con el oxígeno, dando como resultado la formación de óxidos e hidróxidos. Los minerales que contienen hierro, como la pirita, comúnmente se oxidan en presencia de oxígeno y agua, lo que lleva a la formación de óxidos e hidróxidos de hierro que dan a los suelos su característico color rojo o marrón.
3. carbonatación: La carbonatación ocurre cuando los minerales reaccionan con el ácido carbónico, que se forma cuando el dióxido de carbono se disuelve en agua. El ácido carbónico reacciona con minerales como la calcita y la dolomita, dando lugar a la formación de bicarbonatos solubles y la liberación de iones de calcio y magnesio.
4. Disolución: Algunos minerales, como el yeso y la halita, son fácilmente solubles en agua. Cuando estos minerales entran en contacto con el agua, se disuelven y son transportados, dejando otros minerales menos solubles.
Estos procesos de meteorización química, junto con la meteorización física, contribuyen a la descomposición de rocas y minerales en partículas más pequeñas, que eventualmente forman el material original para el desarrollo del suelo. Otros procesos como la actividad biológica, la acumulación de materia orgánica y la lixiviación dan forma al perfil del suelo y crean diferentes horizontes del suelo.