- Erosión directa: La escorrentía puede erosionar directamente las partículas del suelo a medida que fluye sobre la superficie terrestre. Esto es especialmente cierto para suelos de grano fino que se suspenden fácilmente en el agua.
- Erosión por surcos: La escorrentía puede concentrarse en pequeños canales llamados riachuelos, que pueden erosionar aún más el suelo. Con el tiempo, los riachuelos pueden convertirse en barrancos más grandes, que son canales profundos que pueden causar daños importantes a las tierras de cultivo y a la infraestructura.
- Erosión por barrancos: La escorrentía también puede provocar barrancos, que son la formación de canales estrechos y profundos en el suelo. Los barrancos pueden ser muy destructivos, ya que pueden arrastrar grandes cantidades de tierra y dañar cultivos, carreteras y edificios.
El poder erosivo de la escorrentía está determinado por varios factores, incluida la cantidad de agua, la velocidad del agua, la pendiente de la pendiente y el tipo de suelo. Es más probable que la escorrentía cause erosión cuando hay mucha agua, el agua fluye rápidamente, la pendiente es pronunciada y el suelo es fácilmente erosionable.
Hay varias formas de reducir el riesgo de escorrentía y erosión, entre ellas:
- Plantación de vegetación: La vegetación puede ayudar a frenar el flujo de escorrentía y mantener el suelo en su lugar.
- Uso de terrazas y agricultura en contornos: Las terrazas y la agricultura en contornos son prácticas agrícolas que ayudan a frenar el flujo de escorrentía y reducir la erosión.
- Cubriendo el suelo: Cubrir el suelo con mantillo u otros materiales puede ayudar a reducir la evaporación y prevenir la escorrentía.