Las rocas de grano fino se erosionan más rápidamente que las de grano grueso. Esto se debe a que las rocas de grano fino tienen una superficie mayor que las rocas de grano grueso, lo que permite que más agua y oxígeno entren en contacto con la roca y provoquen la erosión. Además, los minerales de las rocas de grano fino están más juntos, lo que los hace más susceptibles a procesos de erosión como la abrasión y el acuñamiento por heladas.