Pizarra: La pizarra es una roca metamórfica de grano fino que se forma cuando las rocas sedimentarias, como el esquisto, sufren compresión y metamorfismo de bajo grado. La presión hace que los minerales de la roca original se recristalicen y se alineen, lo que da como resultado una apariencia distintiva en capas o foliada.
Cuarcita: La cuarcita es una roca metamórfica dura y compacta que se forma a partir de la recristalización de arenisca. El calor y la presión involucrados en el metamorfismo hacen que los granos de cuarzo de la arenisca se fusionen, formando una enorme estructura entrelazada.
Mármol: El mármol es una roca metamórfica que se forma cuando la piedra caliza, una roca sedimentaria compuesta principalmente por carbonato de calcio (calcita), se somete a altas temperaturas y presiones. Este tipo de metamorfismo conduce a la recristalización de la calcita y a la formación de cristales entrelazados.
Gneis: El gneis es una roca metamórfica de grano grueso formada por la compresión de rocas ígneas o sedimentarias. Las altas temperaturas y presiones durante el metamorfismo dan como resultado la recristalización y alineación de los minerales dentro de la roca, creando una estructura distintiva en bandas o en capas.
Filita: La filita es una roca metamórfica de grano fino que se forma cuando rocas como la pizarra sufren una mayor compresión y un metamorfismo de mayor grado. Tiene un brillo lustroso debido al crecimiento de nuevos granos minerales dentro de la roca.
Estos son sólo algunos ejemplos de rocas metamórficas formadas debido a la compresión. El tipo de roca metamórfica producida depende de la composición de la roca original, el grado de temperatura y presión y los fluidos involucrados en el proceso metamórfico.