1. Fósiles: Los fósiles, que son restos conservados o rastros de organismos antiguos, son características comunes de las rocas sedimentarias. Proporcionan evidencia importante sobre los entornos y formas de vida del pasado. Sin embargo, en las condiciones extremas del metamorfismo, los fósiles suelen destruirse o recristalizarse hasta quedar irreconocibles.
2. Capas y ropa de cama distintas: Las rocas sedimentarias a menudo se caracterizan por capas o lechos distintos, que representan diferentes eventos deposicionales. Estas capas pueden variar en tamaño de grano, textura y composición. Sin embargo, durante el metamorfismo, el lecho y las capas originales pueden oscurecerse o borrarse por completo debido al calor y la presión intensos.
3. Composición suave y friable: Muchas rocas sedimentarias, como la arenisca, el esquisto y la caliza, son relativamente blandas y friables en su estado original. Se forman a partir de la acumulación y consolidación de sedimentos en la superficie terrestre o cerca de ella. Sin embargo, cuando se someten a altas temperaturas y presiones durante el metamorfismo, estas rocas sufren recristalización y endurecimiento. Como resultado, las rocas metamórficas resultantes suelen ser más compactas y duraderas que sus precursores sedimentarios.
4. Composición Mineral Primaria: Las rocas sedimentarias están compuestas por una variedad de minerales primarios, incluidos cuarzo, feldespato, minerales arcillosos y calcita. Estos minerales reflejan la composición de los sedimentos originales a partir de los cuales se formaron las rocas. Sin embargo, durante el metamorfismo, la composición mineral primaria puede sufrir cambios significativos. Los minerales pueden recristalizarse, reaccionar entre sí o ser reemplazados por nuevos minerales que sean estables en condiciones metamórficas.
5. Forma y textura del grano: Las rocas metamórficas a menudo exhiben una textura metamórfica distintiva, que refleja la reorganización de los minerales bajo altas temperaturas y presiones. La forma del grano original y la textura de la roca sedimentaria pueden alterarse, lo que resulta en el crecimiento de nuevos minerales, estructuras foliadas o una recristalización completa.