La arenisca de cuarzo metamórfica suele ser más dura y densa que su contraparte sedimentaria. Durante el metamorfismo, los granos de cuarzo en la arenisca se recristalizan y crecen, entrelazándose entre sí para formar una roca más fuerte y cohesiva. Además, las impurezas y otros minerales de la arenisca original pueden reaccionar entre sí o con los fluidos metamórficos circulantes para formar nuevos minerales. Estos minerales metamórficos se pueden encontrar dispersos por toda la roca, dándole una apariencia y composición diferente a la arenisca original.
La composición mineral y la textura de la arenisca de cuarzo metamórfica pueden variar según la intensidad y duración de las condiciones metamórficas experimentadas. Esto significa que puede existir una amplia gama de tipos de areniscas de cuarzo metamórficas, cada una con características distintas.