La profundidad media del suelo en todo el mundo es de aproximadamente 1,5 metros (4,9 pies). Sin embargo, la profundidad del suelo puede variar significativamente dependiendo de diversos factores como el clima, la topografía, los procesos geológicos y las actividades humanas. En general, los suelos tienden a ser más profundos en regiones húmedas con abundantes precipitaciones y vegetación, donde los procesos de meteorización y acumulación de materia orgánica son más pronunciados. Por otro lado, los suelos en regiones áridas o zonas montañosas pueden ser menos profundos debido a la disponibilidad limitada de agua, la erosión y el terreno rocoso.