La reacción química implicada en la disolución de la calcita por el agua de lluvia se puede representar de la siguiente manera:
CaCO3 (calcita) + H2CO3 (ácido carbónico) → Ca(HCO3)2 (bicarbonato de calcio) + H2O (agua)
El bicarbonato de calcio disuelto es arrastrado por el agua de lluvia, lo que provoca la erosión y erosión gradual de las rocas carbonatadas. Con el tiempo, este proceso puede crear importantes características de disolución y sistemas de cuevas en terrenos carbonatados.
El poder de disolución del agua de lluvia en las rocas carbonatadas está influenciado por varios factores, incluida la cantidad de dióxido de carbono disuelto en el agua, la temperatura del agua y la presencia de otros minerales que pueden afectar la acidez del agua. Sin embargo, la capacidad del agua de lluvia para disolver rocas carbonatadas es un proceso fundamental que da forma a la geomorfología de muchos paisajes en todo el mundo.