1. Oxígeno (O2):El oxígeno es esencial para la respiración de las raíces y la actividad microbiana del suelo. Es consumido por microorganismos durante la descomposición de la materia orgánica y también es utilizado por las raíces de las plantas para la respiración.
2. Dióxido de carbono (CO2):El dióxido de carbono se produce como subproducto de la respiración microbiana y de la respiración de las raíces. Es un importante gas de efecto invernadero y desempeña un papel crucial en la regulación del pH del suelo y la disponibilidad de nutrientes.
3. Metano (CH4):El metano es un potente gas de efecto invernadero producido en condiciones anaeróbicas en suelos anegados. Es producido principalmente por bacterias metanogénicas durante la descomposición de materia orgánica en ausencia de oxígeno.
4. Nitrógeno (N2):El nitrógeno es el gas más abundante en la atmósfera y también está presente en el suelo. Sin embargo, en su mayor parte no está disponible para las plantas en su forma gaseosa. Las bacterias fijadoras de nitrógeno convierten el nitrógeno atmosférico en formas que pueden ser utilizadas por las plantas.
5. Óxido nitroso (N2O):El óxido nitroso es un potente gas de efecto invernadero y una sustancia que agota la capa de ozono. Se produce mediante procesos microbianos, incluidas la nitrificación y la desnitrificación, y puede verse influenciado por factores como la fertilización con nitrógeno, la humedad del suelo y la temperatura.
6. Sulfuro de hidrógeno (H2S):El sulfuro de hidrógeno es un gas tóxico que se produce en condiciones anaeróbicas en ciertos suelos, particularmente aquellos con alto contenido de materia orgánica y bajos niveles de oxígeno. Está asociado con bacterias reductoras de sulfato y puede tener efectos adversos sobre el crecimiento de las plantas.
La composición de los gases del suelo puede variar dependiendo de factores como el tipo de suelo, el contenido de humedad, la temperatura, la actividad microbiana y la actividad de las raíces de las plantas.